ZP SE LLEVA UN SÉQUITO DE 110 PERSONAS A LANZAROTE
Qué duda cabe que ZP es un servidor del Estado y que como tal se merece unas vacaciones, y que cómo alto servidor del Estado que es, se merece además, las más altas medidas de seguridad. Este articulista no lo va a cuestionar.Ahora bien, ¿se acuerda el señor Presidente que durante los más de cinco años que dura su mandato y a causa de su desacertada gestión, se han producido casi cinco millones de desempleados?
El señor ZP debe estar bien informado de que más de un millón doscientas cincuenta mil familias se han quedado ya sin prestación de desempleo. Estamos hablando de gente que vive de precario, de familias que tienen que acudir a diario a los comedores sociales, gente que ha visto cómo le han embargado su casa por no pagar la hipoteca o sin techo, por no poder pagar el alquiler al quedarse sin empleo y sin ayudas.
Estamos hablando de más de un millón y cuarto de familias -multipliquemos esa cifra por cuatro componentes, por termino medio, de una unidad familiar- que no tienen qué llevarse a la boca o que tienen incierto su futuro inmediato, cuando no dónde van a pasar la noche.
¿Es conocedor ZP de la ingente cantidad de personas que van a diario a rebuscar entre los desperdicios de los supermercados como único medio de subsistencia?
Insistimos, qué duda cabe que quien tiene tan altas responsabilidades de Estado, merece unas buenas vacaciones dotadas, como no, de la más alta seguridad. Ahora bien, ¿conoce el señor Presidente el viejo proverbio español que dice: "Predicar con el ejemplo"? Este articulista, se teme que ZP no sólo lo desconozca sino que, además, le importe un rábano.
Que usted disfrute de sus vacaciones, señor Presidente, pero no olvide que dentro de nada tendrá que volver a poner los pies sobre la realidad de las cifras que siempre son implacables y que francamente, y por lógica, cada vez le serán menos favorables, aunque usted, con su política errónea intente huir hacia adelante. Aunque a lo mejor no es su política la que es errónea sino, además, su conciencia.
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